La vocación a formar parte de la Congregación es una llamada interior y personal que Dios a una persona en distintos momentos de su vida. Esta llamada debe ser acogida con libertad y discernida con la ayuda de otros claretianos. Ellos, en nombre de la Congregación, ofrecen ayudas para descubrir esa vocación y acompañan el proceso de clarificación de quienes se sienten atraídos a entregarse a Dios, ser misioneros y vivir en una comunidad claretiana según una forma de vida ministerial o laical.
Es característico de nuestra vida realizar una especial entrega al Corazón de María, propuesta por el P. Fundador que expresa y prolonga su experiencia espiritual. La presencia de María imprime en nuestra vida y misión un sello de humildad, mansedumbre, ternura y amor.